Razones.
Te echo de menos, le digo al aire,
te busco, te pienso, te siento
y siento que como tú no habrá nadie.
Yo aquí te espero, con mi cajita de la vida,
cansada, a oscuras, con miedo
y este frío nadie me lo quita.
Tengo razones para buscarte,
tengo necesidad de verte, de oírte, de hablarte.
Tengo razones para esperarte
porque no creo que haya en el mundo nadie más a quien ame.
Tengo razones, razones de sobra
para pedirle al viento que vuelvas aunque sea como una sombra.
Tengo razones para no quererte olvidar
porque el trocito de felicidad
fuiste tú quien me lo dio a probar.
El aire huele a ti,
mi casa se cae porque no estás aquí,
mis sábanas, mi pelo, mi ropa te buscan a ti.
Mis pies son como cartón
que voy arrastrando por cada rincón,
mi cama se hace fría y gigante
y en ella me pierdo yo.
Mi casa se vuelve a caer,
mis flores se mueren de pena,
mis lágrimas son charquitos
que caen a mis pies.
Te mando besos de agua
que hagan un hueco en tu calma,
te mando besos de agua
para que bañen tu cuerpo y tu alma,
te mando besos de agua
pá que curen tus heridas,
te mando besos de agua
de esos con los que tanto te reías.
…y con esto procedo a cerrar el blog definitivamente. Porque en fin, quien tenía que leerlo sé que ya no lo lee… así que esto pierde toda su razón de ser.
Gracias a todos 🙂
Lilock Holmes.
Papel de Correo Aéreo.
[…]
Las cartas venían de muy lejos, en unos aviones transportados por la luz de la luna. Nadie los oía llegar, al igual que nadie les veía partir, pero para todas las gentes del pueblo era un hecho que dejaban una felicidad exquisita y total a su paso. Traían cartas del frente, donde todos los hombre adultos estaban batallando, en defensa de la libertad y la igualdad del pueblo que los había visto nacer, crecer, y que algún día los vería morir.
Entre estos soldados se encontraba aquel al que llamaban Lobo, el más astuto, rápido, ágil y silencioso guerrero que había en la tropa. No tenía al parecer ninguna debilidad, y así era en cuanto a lucha se refería. Su debilidad se encontraba en otros lares lejanos, en una pequeña aldea del pueblo antes nombrado, en la que vivía una pequeña joven. La chica, de físico poco agraciado, al parecer ninguna virtud tenía que atrajera a semejante guerrero. Y así era, salvo por un detalle que escapaba a la vista de aquél que la niña no quisiera que contemplase: sus ojos. Unos ojos grandes, expresivos, que sabían ocultar y mentir, pero a la vez sinceros y entregados en muchas otras ocasiones. Estos eran la debilidad del guerrero Lobo.
Tal era su debilidad por los ojos color tierra de esta joven muchacha, que cada noche le escribía una carta de esas escritas en papel de correo aéreo, de esas que más tarde llegaban en los aviones de luz de luna al pueblo. Cuando comenzó la guerra, la joven se sentía feliz, a pesar de los duros trabajos que como todas las jóvenes del pueblo tenía que desarrollar (al no haber hombres, ellas se debían encargar de todas las tareas, de la casa, de pescar, de cazar, de vender lo conseguido y de proteger los hogares), ya que cada noche un avión de luna le entregaba una carta escrita en papel de correo aéreo, de ese que olía particularmente bien, ya que el Lobo lo había tocado. Casi podía sentir su roce en la cara, cómo aspiraba su pelo, cómo la besaba con esos tiernos labios… era el sustento del día a día.
Un día inesperado, el guerrero Lobo sufrió el impacto de una de las catapultas del enemigo. Corriendo, fue trasladado al pueblo más cercano, al que llegó inconsciente y sin memoria. Tardó varios días en volver en sí, y cuando lo hizo, no era capaz de recordar ni siquiera cómo se llamaba. Por ello, y como habréis podido adivinar, ningún avión de luna transportó una carta del guerrero, y ningún papel de correo aéreo llegó a la joven.
Pasó un día, una semana, un mes… pasaron los años y las décadas. La dama, que ya no era joven ni bella, cuyos labios se habían fruncido en un rictus de espera, su entrecejo se había ceñido y sus ojos se habían helado con la espera, murió esperando a su guerrero. El guerrero, que nunca consiguió volver a recordar a la Dama, tampoco vivió completamente feliz. No se casó, pues siempre sintió que algo había quedado pendiente, y ni él ni su corazón quisieron entregarse a ninguna otra joven. Murió de viejo, con el rostro cansado y surcado de arrugas, el pelo cano por las penas y las cavilaciones acerca del recuerdo olvidado.
Ambos fueron fantasmas,ya que había quedado una tarea pendiente para ambos, y como entes espirituales vagaron por la tierra largo tiempo. Un día, sin embargo, se encontraron de frente… y algo ocurrió. Él de pronto recordó el amor que profesaba por la dama de ojos color tierra, y ella recordó el olor que despedían las cartas de papel de correo aéreo.
Sólo un segundo después, ambos se deshacieron en mil millones de partículas de luz que, buscando cada una una parte del otro ente, formaron parte del resto del universo. Quizás la vida no fue justa con ellos, pero la eternidad les entregó la compañía del otro para el resto de los tiempos.
Al borde del amanecer
Ahí me encuentro, observando cómo amanece y viendo titilar las primeras y rosadas luces del día, sentada en el borde de uno de los miles de nacimientos del Sol, dejando caer las piernas en el vacío de la noche que acompaña, mirando cómo se despierta el mundo y divagando, pensando, buscándole explicación a todo lo que hoy no comprendo, que no es poco.
No entiendo porqué la gente utiliza la palabra amor con tan poca gracia, con esa falta de sentimiento tan exacerbado. Porque para decir amor hay que sentirlo, hay que tener sólo ojos para esa persona, tienes que notar cómo se te erizan los pelitos de los brazos y se te para el corazón cuando la ves. Cosas que yo siento, cosas que yo, Fuego, definiría como huracán interno cada vez que te veo pasar. Pero me tiro de cabeza a tus ojos y veo que no es lo mismo, ya no se derriten con la facilidad de antes, no se funden… no son del color de la madera vieja.
Por eso, sé que no me necesitas, necesitas cariño esporádico, calor, alguien que de vez en cuando te diga lo especial que eres y todo el bien que traes a su vida, pero no me necesitas a mí de ninguna de las maneras. Lo de esta noche es simplemente un ejemplo más, un motivo que te ha hecho enfadarte porque simplemente, en el fondo sabes que es verdad.
Ya ha salido el Sol, así que voy a deslizarme suavemente por el resquicio de amanecer que queda y me voy a solidarizar con los de mis antípodas. Traducción: me voy a dormir, que creo que ya he perdido bastantes horas de sueño innecesarias esta noche.
Te vuelvo a llamar… paso un mal rato… y no olvido.
Cómo explicaros lo que siento… hoy es difícil.
Os habéis fallado a vosotros mismos alguna vez una detrás de otra? Sin forma de parar el torrente de actos, tanto reales como psicológicos, que desencadenan en un fracaso personal?
Ese mundo abrupto de mezclas de sentimientos, recuerdos y emociones que hoy daría la vida por olvidar no cesa de atormentarme, me produce un dolor horriblemente físico y un sentimiento de pena que arroja sombras sobre cualquier recuerdo bello del día más perfecto y memorable que pueda haber existido. Porque ahora no lo veo. No veo nada que merezca ser recordado en nada, no me parece bello ni el más dulce canto ni la más blanca sonrisa, no disfruto del sabor de una buena comida ni del olor del más magnífico perfume. Mi cuerpo, y mi alma muy especialmente, sólo me piden enagenación constante, pérdida del sentido propio y ajeno y volar, volar muy lejos, volar lejos de este infierno que me atormenta sin pararse un segundo a pensar si ya se ha pasado de la raya. El problema es que mi infierno se encuentra dentro de mí, en un agujero que tengo en el pecho y que cada día se hace más y más grande, más dañino y más fulminante.
Creo que ahora mismo lo mejor que podría pasarme sería reventar en mil pedazos.
BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUM!
Lilock Holmes.
Una apuesta de dos vidas que son una.
Así es pequeña, no he encontrado mejor definición que este título para escribirte a ti.
Y sí señorita Nori, es a ti y solo a ti a quien va dedicado esto. Porqué? Bueno, deberíamos ser sinceras, estamos al comienzo del camino mas difícil que hemos tenido que empezar en mucho tiempo. Va a ser un camino dificultoso y abrupto, tanto como nuestras mentes nos obliguen a tropezar. Yo quiero contigo y tu quieres conmigo, porque va a ser una carrera contracorazón en la que tenemos que salir sin preguntar porqué, haciendo un sprint que no tiene pinta de acabar en, como poco, media vida.
Pero eh! Que aunque yo sea torpe, te prometo que cueste lo que cueste, mi mano no te soltará e impedirá que caigas. Porque, aunque sea una frase de esas muy utilizadas… si tú caes yo caigo.
Te amo pequeña! (L)
Un momento de debilidad.
Aunque estas lágrimas me digan lo contrario
y los días llenos de silencios no se van
aunque cada tarde trae sujetas tus palabras
y este viento fuerte grita que no estas
A pesar de todo lo que estoy pasando a diario
y a pesar de lo que nunca te pude decir
yo te doy las gracias por todo lo que vivimos
este amor tan grande se quedo conmigo
Prestame tus fuerzas dame tu ternura
déjame decirte que la vida es dura
quiero que tu sepas que aquí estas conmigo
aunque el cruel destino haya pagado mal
háblame en silencio quítame estas dudas
acaricia mi alma vuelvete la luna
para contemplarte y decirte te extraño
para dedicarte todo lo que soy
porque son tus ojos con los que veo
Y si las distancias con los sueños se hacen cortas
por estar contigo no quisiera despertar
y hoy quiero decirte que olvidarte es imposible
este amor tan grande vive aquí conmigo
Préstame tus fuerzas dame tu ternura
déjame decirte que la vida es dura
tengo la certeza de que estas conmigo
y que el tiempo nunca nos va a separar
háblame en silencio quítame estas dudas
déjame sentirte vuelveme la luna
para contemplarte y decirte te extraño
para darte el alma con esta canción
porque son tus ojos con los que veo
y es que son tus ojos con los que miro yo
con los que miro yo
Te sigo.
[Respiro. Suspiro. Me enjugo las lágrimas. Contesto.]
… ambos sabían lo que se veía desde dentro del camarote. Ella lo sabía porque él se lo había definido, se lo había contado, explicado, razonado. Por fin, tras tanto tiempo de divagaciones, de respuestas vacías y palabras necias que ahogaban aún mas en el dolor al corazón ya cansado de esperar. Ahora podía entenderlo casi… pero seguía sin motivos que explicaran el porqué de declarar una guerra mundial a esas alturas de la historia. Y si no podía entenderlo era precisamente porque aunque él y su relato estuviesen dentro del camarote, ella se encontraba sola, en el mar, perdida entre tanta ola furiosa que rugía por doquier, sin motivos para enfadarse con la pobre y titilante luz que, poco a poco, se apagaba en sus ojos. Porque ella había oído hablar de lo que él le describió un día, pero no era capaz de olvidar su propia situación; se hallaba sedienta, hambrienta, con frío y sentía sus fuerzas desfallecer, llevaba demasiado tiempo aferrada a esa tabla de madera que era toda su esperanza de salir de esa situación. Ella también recordaba otros tiempos felices en los que el calor de lo que se podía considerar el hogar de ambos profetizaba un futuro ciertamente dichoso, en una especie de mundo aparte que construían el uno por el otro. Pero de repente, la había soltado de la mano, en contra de lo que prometió al comienzo, la había soltado y ella se había caído al agua, a la tormenta, a la ira y la crueldad del mundo. La dejó a su suerte, sin tener realmente en cuenta su situación, sus sentimientos, su salud, su estado… en un increíble acto de egoísmo. Sí, egoísmo, por no prever el momento en el que ella se encontraba, por no seguir sus principios y por no quererla nunca más.
[Respiro. Suspiro. Resoplo. Me enfado. Cierro de un porrazo el pc. Se acabó el texto.]
Rarezas raras.
Bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeno…
Día raro donde los haya, primera asignatura a la cual no me presento al examen, es decir, que ya por descontado voy a ir a septiembre por primera vez en mi vida… qué se le va a hacer. Día raro, noche más rara aún, demostraciones de cariño, de importancia, de decirte a ti misma «tía, algo valdrás para que la gente te quiera»… no sé, el día de hoy me ha enseñado muchas cosas. Y me ha demostrado otra más importante que ninguna, que con sólo una palabra suya soy capaz de recuperar la alegría en los ojos. Qué desgracia. Pero desgracia de decir joder, no puedo pasar sin el Señor Goldo. Qué tendrá para tenerme tan sumamente colada? Creo que el speed, el mdma, la ketamina y la cocaína juntas tienen menos poder adictivo que el que él tiene para mí.
Señor Goldo, he de confesarle que estoy enamorada de usted.
Porque es buena definicion.
David DeMaría – Que yo no quiero problemas
Que yo no quiero problemas
que los problemas amargan
si estoy contigo a tu vera
los problemitas se marchan
perdona lo que dije
y no quise decir
pensaste que mentia
y tal vez te menti
perdona las escusas
por aliarme con las musas
y nunca tener tiempo para ti
es cierto que vivi
sumido en el ayer
jugando aciegas con querer y no querer
ahora que estas conmigo bajito y al oido
te canto sin ningún miedo a perder
perdoname tú
si he cometido algun error
y este torpe y distraido corazón
perdóname tú
por tener fuerza para aguantarme
por pintar azul mi cielo
por creer en el amor
Que yo no quiero problemas
que los problemas amargan
si estoy contigo a tu vera
los problemitas se marchan
Y yo no quiero intereses
ni conveniencias fingidas
me dado cuenta mi nina
que la vida es muy mala
que es la vida muy mala
Y si no llego a fin de mes
a mi sobra con tus besos
y con tu forma de querer
Perdómame sin en silencio fui creando una enemiga
por tenerte y no entender que eras amiga
Quizas no es tarde para perdonar
Perdóname si en secreto no conte contigo
quiza me acostumbre a portarme como un nino
Quizas no sea tarde se arregle el desafino
es tiempo de cambiar nuestro destino
perdoname tú por no callar para escucharte
por vivir pensando en mi y no en los dos
Perdoname tú que tienes fuerza para guiarme
por llenar este universo
con sateltes de amor
Que yo no quiero problemas
que los problemas amargan
si estoy contigo a tu vera
los problemitas se marchan
Entre el cielo y el infierno por gilipollas…
Y porque te echo jodidamente de menos. Pero no voy a caer ahora, tengo huevos y chulería como para no rendirme a estas alturas. Tú lo has hecho mal, yo también, pero eso no quiere decir que yo tenga que volver a ir arrastrándome, como siempre la primera. Incluso te pedí perdón, pero claro, jamás es suficiente. Y yo aquí, con un montón de excusas baratas en una mano y un montón aún más grande de acusaciones que tienen de real lo que yo de rubia natural. Nunca has olvidado todo el rencor. Nunca fuiste capaz de perdonarme la primera vez, por lo que nunca dejaste de desconfiar de mi. Siempre habrá un Migue, un León o cualquier otro que te haga desconfiar de que te quiero sólo a ti. Ni vas a hacerlo jamás,ni dejarás de hacerme sentir culpable por todo nunca.Pero no te preocupes! Sigue con tu forma de vida que para eso ya estoy yo con mi gilipollez profunda, para aguantártelo todo.
Pues lo siento, pero esta vez no. Quizás llevabas razón y estamos mejor separados.
Al partir, un beso y una flor!